Ese Hombre


Ese Hombre

está sudando ideas

está sudando luz

En su cuerpo

se ven surcos de historias

de sus manos

brotan cuentos, fábulas

mitos que hablan de origen

Ese hombre cuando come

se transforma en árbol

cuando duerme es un libro

En su rostro

se ven muchos muertos llorando

porque no terminaron de almorzar su vida

En sus ojos

se ve lo que vendrá

que no es otra cosa

que el retorno

al eterno círculo

Ese hombre, cuando muere

renace

Padre Nuestro

Detalle de Mural realizado por Abel García en Socopó, Barinas.

Padre nuestro que estás en los cielos, en los mares, en las mariposas, en los cultivos de zanahorias, en los conejos y en el corazón del hombre; santificado sea tu nombre y el nombre de todos aquellos en que te representas: santificadas las nubes, santificadas las sonrisas de los niños, santificados todos aquellos que tienen sed de justicia. Venga a nosotros tu reino de los Cielos al reino de la Tierra. Que la Tierra sea el Edén que se merece ser si no fuera por el uso y el abuso que hace el Hombre de ella. Venga a nosotros tu legión de árboles, de colibríes, de tigres, de cachicamos , de vicuñas. Venga a nosotros tu legión de amor que nos capacite para encontrarnos y trabajemos como granitos de arena por un mundo mejor, y que cada vez que hagamos el amor sea una explosión de ternura que ponga celosas a todas las estrellas, y cada vez que engendremos un hijo sea una alegría profunda en donde se convoquen todas las fuerzas celestiales. Hagase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo, y en el alma de los niños, y en el alma de nuestros hermanos los bosques, los mares, el aire. Hagase tu voluntad en las casa que tienen balcones adornados con flores. Hágase tu voluntad en las cárceles, en los manicomios, en las calles llenas de soledad de nuestras ciudades. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y sobre todo danos la fuerza para trabajar por no seguir teniendo la vergüenza de pertenecer a la especie humana mientras existan niños sin más pan que el que reciben de los basureros ni más cobija que un manto de estrellas y algunos periódicos. Perdónanos nuestras deudas, nuestras omisiones, nuestras envidias. Perdónanos todo lo que le hemos hecho a la nave espacial que escogiste como nuestra morada. Líbranos del mal, de las bombas atómicas, de la comida sintética, de los políticos y sus policía, y no nos dejes caer en la tentación de abandonar la lucha en que el Amor sea nuestra bandera. Así Sea.



Escrito en 1995