¿Y si algún día dejáramos
los sueños en el desván de los olvidos?

¿Y si concedemos nuestra inquietud
de regalo a la maquinaria?

¿No habremos perdido
vida de la vida?

¿No habremos perdido nuestra gran aventura
de pelear por aquellos molinos de viento
luminosos que hacen que seamos
granitos de arena?

Benditas las Madres

Fotografía de la Plaza de Mayo, la plaza de las Madres de Argentina

Benditas las Madres que anuncian el nuevo amanecer adornando sus balcones de flores y amor, benditas la madres que arrullan las tristezas de sus pueblos oprimidos con canciones de esperanza y lucha, benditas las madres irakíes que con el dolor a cuestas de sus hijos bombardeados se alzan como pájaros en vuelo, benditas las madres que siembran árboles, hacen arepas y juegan con sus nietos, benditas las madres que están incorporadas a misiones aprendiendo a aprender y aprendiendo a desaprender, benditas las madres que se saben mujeres y tienen el orgullo de ser mujeres, y se saben inteligentes y se saben productoras de iniciativas y se saben libres, benditas las madres que hacen el amor con amor y con placer, benditas las madres que son garantía que se cumplan los preceptos constitucionales de refundar un nuevo Estado participativo y protagónico, benditas las madres campesinas, las madres indígenas, las madres pobres de nuestros barrios pobres, bendita la Madre Tierra, que la hemos descuidado tanto como a nuestras madres, bendita nuestra Madre Venezuela que como dice Alí, la hemos manoseado en vez de acariciarla, bendita la Madre Revolución que pide y exige cambios estructurales tanto en lo económico como en lo social, pero sobre todo, cambios éticos en nuestras estructuras mentales, benditas las madres que están incorporadas al mundo nuevo, con alma, corazón y vida y que sin ellas sería imposible lograr la victoria contra la exclusión y la muerte.