Algunas preguntas bobas sobre la crisis financiera


Cuando le comuniqué a un amigo de mis intenciones de escribir sobre la crisis financiera que hoy por hoy es noticia que cubre todos los titulares, me recomendó con afecto, que más bien me siguiera dedicando a mis oficios de comeflor, y no me metiera en honduras dedicadas en exclusivo a los especialistas. Me recordó a otro amigo que luego de terminar de cantar una canción, su único comentario fue, de que yo pintaba muy bien. Bueno, a buen entendedor, pocas palabras.

Pero bueno, lo que pasa es que algunas cosas se me revientan en la garganta y puede ser un buen ejercicio de catarsis en beneficio de mi salud. Sin embargo, empiezo el artículo haciendo estos comentarios para que no se haga ninguna falsa ilusión, amigo lector, de poder resolver alguna interrogante sobre el tema, y luego me reclame el haber perdido el tiempo inútilmente.

Lo primero primerito que puedo decir es que yo no creo nada de lo que diga el señor Bush. Es decir, si el dice A yo seguramente pensaré B. Por que vamos a estar claros, la cantidad de mentiras que ha podido decir ese señor en tan poco tiempo y el tamaño de las mismas son dignas de que no se vuelva a editar el libro de los records guiness por vergüenza. Siempre se comenta de las famosas armas de destrucción masiva que condujeron a la invasión a Irak, pero creo que esa es una mentira muy acorde con las mentiras que EEUU ha llevado a cabo históricamente desde el famoso ataque del barco Maine en 1898 para justificar la guerra contra España. Lo que me parece insólito es, como se puede fingir el choque de un avión en el Pentágono, y después con la cara muy lavada, cuando todo el mundo se pregunta donde está el avión, decir que se disolvió. O lo del avión de Pensilvania, que también se disolvió. ¿Que puedo decir? Pondré en duda mi incredulidad, si es que algún día me explican, primero, donde están los aviones, que al parecer no eran tan chiquitos, y segundo, porqué me mintieron. Que estas preguntas no se las hagan el treinta por ciento de la población norteamericana, no lo sé, pero, para mi es un insulto a la inteligencia humana.

En otras palabras, si Bush dice que hay una crisis financiera lo primero que creo es que no hay una crisis financiera. ¿Suena duro verdad? De todas maneras creo que es un buen ejercicio partir de esa premisa.

En segundo lugar, de hace un buen tiempo para acá creo más en los pronosticadores del tiempo que en los economistas y en los sociólogos y /o políticos que se aventuran a adivinar el futuro. ¿Quién les dijo que sus oficios les dan la facultad de pitonisos? Se la pasan equivocándose y al día siguiente vuelven a sus mismas andanzas. Yo digo, como decía el maestro Simón Rodríguez, que el que no ha aprendido economía en la cocina, no sabe nada de economía. Dígame los economistas de derecha. Aquí en Venezuela los tenemos todos los días en televisión diciendo lo que va a pasar al día siguiente y nunca pasa. Si algo ha consolidado definitivamente a Chávez en el poder, es no sólo la ignorancia de economistas, políticos, comunicadores sociales, etc, sino la desfachatez que desde su antichavismo no tienen ni siquiera el pudor de pedir disculpas cada vez que se equivocan, mienten o engañan impunemente. ¿Se lo creerán ellos?

Y vamos para lo que considero el tercer punto. ¿Qué pasa si no me da la gana de pensar que se trata de una crisis? ¿Que sencillamente ese no es mi problema? Que se me ocurre, por ejemplo, que mayor crisis es la guerra de Irak, o que aunque siempre EEUU ha tenido presidentes escasos de inteligencia, que bien se sabía que eran títeres de otros poderes, jamás había tenido un presidente tan bruto como Bush, y eso resulta ser síntoma de una crisis estructural mucho mayor. O que más crisis para EEUU es que tantos presidentes de América Latina se le escapen de su control, y que no saben qué hacer con tanto loco junto.

Pero bueno, demos el beneficio de la duda, o para que alguno de ustedes no sospeche de alguna esquizofrenia en mi, pensemos que si hay una crisis. Entonces, parto de una premisa, que desde joven me le dio el camarada Marx. El decía que cuando el capitalismo estaba en tiempos de apogeo al pobre le iba mal y al rico le iba bien; y cuando se estaba en tiempos de crisis al pobre le iba peor y al rico mejor. ¿Cómo interpreto esto? Pues pongamos un ejemplo: Las grandes corporaciones que además les encanta ponerse a jugar con los reales, tanto suyos como ajenos (más con los ajenos), desde los años 80 abandonaron la idea de producir, es decir que lo que era icono del capitalismo, a saber la producción de mercancías, dejó de serlo para dedicarse a la fabricación de marcas y dejarle la producción engorrosa a las maquilas. O sea, cuando mediante engaños y promesas de futuros promisorios se lleva a una campesina de filipinas a Manila a trabajar entre catorce y dieciséis horas al día, viviendo en estrechos cuartos, casi comiendo, si sale embarazada la botan, usando amenazas y castigos corporales, esta muchacha se encuentre en la ciudad de Manila, porque las corporaciones han decidido desinvertir, el futuro que le espera puede ser el de la mendicidad o la prostitución. O sea (nuevamente o sea) le iba mal (o para ser justos bastante mal) y ahora le irá peor. El salvataje evidentemente no la tomará en cuenta, y de ese salvataje los groseramente ricos serán ahora más groseramente ricos.

En quinto lugar, vuelvo a recordar a otro amigo. Él un día se acercó y me dijo: “Camarada, le tengo una buena noticia, en este milenio el imperialismo yanqui sucumbirá”. En otras palabras le contesté, que más o menos los bisnietos de mis tataranietos podrán vivir en un mundo mejor. ¿Quién ha dicho que las crisis del capitalismo conducen a su destrucción? En primer lugar quiero aclarar, que sí creo que estamos viviendo tiempos en que vienen cambios estructurales importantes, pero eso de ir de buenas a primeras a decir que ya se cayó EEUU, me parece seguir cometiendo los mismos desenfoques históricos de siempre por meternos no a analistas y si a adivinadores. Triunfó la Revolución Rusa, e inmediatamente salió toda la intelectualidad de izquierda del mundo a contar los días que le faltaban al capitalismo. Pasan casi cien años y el capitalismo allí. Es más se demoraron cerca de cuarenta años, para ser benevolentes, en darse cuenta que Stalin era maluco. Viene la Crisis financiera de los años treinta y a que condujo: a consolidar el capitalismo financiero. Viene la segunda guerra mundial y EEUU se convierte en superpotencia todopoderosa. La sardina se come al tiburón en Vietnam, para usar palabras de Rubén Blades, triunfa la revolución cubana, surge el movimiento Hippie, el movimiento joven, etc, y el capitalismo lejos de perecer se fortalece, y la expectativa de uno dos tres Vietnam se nos convirtió en frase memorable del Che.

No nos apresuremos en nuestros análisis, y si más bien, pensemos que debemos seguir construyendo las alternativas de un mundo posible y necesario. Ahora resulta que el loco de carretera de Chávez que venía insistiendo en la construcción de políticas independientes y soberanas tenía razón. Los canales de televisión no saben que hacer, qué pensar, qué decir. (¡Pobrecitos!) Si ahora, la solución es el Banco del Sur, es apoyarnos mutuamente en Unasur, es construir medios de comunicación alternativos a los de las grandes corporaciones. Porque cuando quiera los EEUU inventarán crisis que nos dejarán como la muchacha de las maquiladoras de Manila, o prostituyéndonos o mendigando.

Se dice que dentro de las consecuencias que puede sufrir Venezuela por esta crisis está la de la baja de los precios del petróleo por la disminución del consumo. Pero bueno seamos serios, ¿eso es bueno o es malo? ¿Acaso nos estamos luchando por la salvación del planeta y una de las razones principales del peligro de la Tierra no es precisamente el derroche de consumo de hidrocarburos? Además que no creo que esto suceda, porque esta crisis financiera no es otra que una crisis mayor que se llama “El fin del petróleo”. Averigüe en su buscador de Internet con esas palabras y verá que esa es una discusión desde hace tiempo. La crisis de las hipotecas, la crisis alimentaria, la subida de los precios del petróleo y de la gasolina y ahora esta crisis financiera no es sino una, si es que la crisis financiera no es un nuevo ardid para llevarnos al abismo y se consoliden aun más los centros de poder que dominan al mundo.


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