Me dediqué pues sencillamente a defender al proceso revolucionario que se estaba atacando, y a escribir en su apoyo y asistir a cuanta marcha se nos convocaba, que en esos tiempos eran casi a diario. Cuando me preguntaban a qué me dedicaba respondía que a asistir a marchas para defender al gobierno.
De regreso de alguna de las marchas casi diarias, emocionado llegué a la casa coreando todavía las consignas de "Uh, Ah, Chávez no se va!!!", y mi perro picaso se puso a ladrarme. Lo único que se me ocurrió fue decirle "¡¡¡Escualido!!!". Esto se repitió varios días y la respuesta de picaso siempre era la misma. Se lo conté a mi mamá (que no soporta a Chávez) y me dijo que siempre había pensado que Picaso era un perro muy inteligente. Le empecé a decir que era un perro chiquitico, feo y escuálido, y me ladraba aun más. Un día regresé con un amigo magallanero, y la lista aumentó a "Chiquitico, feo, escuálido y magallanero". Por supuesto yo soy Caraquista (Aunque mal paguen).
Picaso realmente es un perro inteligente. Suele escaparse, más cuando hay olores de perras en el vecindario, y cuando regresa le ladra a la conserje para que le marque el ascensor, se esconde debajo de la cama cuando se le dice vamos a bañarse y aulla cuando suena el intercomunicador.
La cosa es que la lista fue aumentando poco a poco hasta convertirse en "Chiquitico, feo, escualido, magallanero, churumero, huachipatoso, callejero, malandro, sarnoso, piojoso, pulgoso y garrapatuo... una mezcla de cachicamo, ornitorrinco, rabipelado con pereza."
Es famoso en el vecindario, y son varios los vecinos que no preguntan por la familia, y si por él.
Ya tiene 12 años y todavía cuando le empiezo a decir la retahila se pone a ladrarme y si le pregunto ¿quién esta allí? empieza a aullar.