La Familia Pedaluz



No recuerdo si sería Jean Paul Sartre o el psiquiatra español Carlos Castilla del Pino, que decía que bastaba que existiera una sola experiencia de libertad, para inferir que la misma era posible para todos. De allí la importancia que se construyan experiencias libertarias. Pedaluz, es eso, una experiencia de libertad, y sobre todo, una demostración palpable. Verlos es tener constancia de que otro mundo es posible.


El Alcalde de Socopó, el siempre amigo Salvador Guerrero, me llama por teléfono para pedirme que le recomendara una posada cerca de mi casa. Algo difícil, ya que como ciudad dormitorio que son Los Altos Mirandinos, aquí lo que sobran son hoteles de esos que tienen aire acondicionado,
camas de agua y videos XXX. Estaba ya en camino y venía directo a visitarme. Estos apuros en los que nos mete Salvador, no son extraños, ya que él es más un músico y artista que un alcalde, y es más un promotor comunitario que un funcionario público.




Mi pequeño apartamento, que ya sin visita, está colapsado como condición natural, le tocó recibir a Salvador, al señor José, el chofer, al soldado Franco, y a Moncho, Flor del Viento, Hedisa y Esteban, la familia Pedaluz. Tocó improvisar una pasta, y pedir colchonetas a la solidaridad vecinal.

¿Por qué Pedaluz? Porque andan pedaleando en bicicleta llevando LUZ. Así de simple. Aquella canción maravillosa de Aníbal Nazoa, de “..entre tu pueblo y mi pueblo hay un punto y una raya, la raya dice no hay paso, el punto vía cerrada”, no va con ellos. Originales de Colombia, su tierra es América y las carreteras que unen a nuestros mágicos pueblos.




Llegaron a la casa repartiendo sonrisas, bendiciones y por supuesto huaynos y porros. La música se permeó en todo el aire, y por todo ese tiempo la casa fue un punto de concentración de buenas voluntades.


Los he visto en varias oportunidades en Socopó dictando talleres a niños, realizando actividades musicales y brindando entre cuentos y miradas hermosas todo lo bueno que puede tener el alma humana.

¿Y dónde están ahora?
Simple, en el centro del corazón de la libertad




Blog de la Familia Pedaluz

La voz del Pueblo es la voz de Dios


Este texto es escrito como presentación para el documento intitulado "Ideas de síntesis del Encuentro del Poder Popular", editado por Fundacomunal



Es mandato constitucional el refundar la Patria con una Democracia participativa y protagónica. Esto más que algo ya hecho supone algo por construirse, por elaborarse, o en el mejor de los casos que se está construyendo, que se está elaborando. Es la idea de proceso. En otras palabras, el que sea palabra escrita no implica de hecho que ya tengamos una democracia participativa y protagónica. Se trata de un objetivo a cumplir, y es nuestro deber el que la planificación de nuestro trabajo, a todos niveles, se dirija al cumplimiento de este objetivo, como tomar las rectificaciones necesarias cuando lo que se realiza en la práctica nos aleja de los mismos.

Pero veamos primero las diferencias. Antes teníamos una democracia representativa y ahora una democracia participativa y protagónica, o en proceso de construirla. En una democracia representativa, los electores, los pobladores, el pueblo, el poder constituyente, como queramos verlo, asisten a una votación para elegir a sus representantes (de allí el nombre), los cuales (se supone) velarán por los intereses del votante, y además planificarán y ejecutarán las políticas públicas que tengan a bien. Esto es un otorgarle el poder que en principio lo tiene el poder constituyente a los representantes electos como poder constituido. El agotamiento de la democracia representativa se debe en principio al fraude y al engaño que supuso este modelo en la práctica cotidiana del pueblo. Los representantes elegidos por el pueblo se dedicaron a satisfacer sus ambiciones personales y sólo se nombraban las necesidades del pueblo de elección en elección.

La democracia participativa y protagónica implica cambios sustanciales. En principio queda claro que el poder que radica en el pueblo no se pierde en una elección. Así el poder constituido queda a merced del poder popular. Para que esto no sea letra muerta se han ido diseñando herramientas y mecanismos para que el poder popular se consolide. Desde los referenda revocatorios y consultivos hasta la implementación de estructuras organizativas donde el pueblo detente directamente el poder, como son los consejos comunales y las comunas.

Toda institución y en particular todo funcionario público está en la obligación, por mandato constitucional, de generar y facilitar los mecanismos para que la planificación a la que se aboquen, parta primariamente de las necesidades de las comunidades, y sobre todo, que parta de lo que las comunidades plantean como sus necesidades. Repitamos: No es lo que 4 ó 5 funcionarios, por muy lúcidos que puedan ser, interpretan como las “necesidades” de la comunidad, y lo que ellos consideran “debe” ser la forma de satisfacerlas. Es tener como columna vertebral la evaluación de las comunidades, y desde allí generar las políticas, para que las mismas comunidades, ejecuten las soluciones, administren los recursos y ejerzan la contraloría social.

El funcionario deja así de ser un representante para ser un facilitador, un acompañante, en definitiva un servidor, de un proceso en que el dueño y conductor son las comunidades. Es hacer posible lo que el Comandante Presidente de la República Hugo Chávez Frías ha dicho innumerables oportunidades: “La voz del Pueblo es la voz de Dios”.

Son múltiples los ejemplos de estos cambios de paradigma. Veamos algunos de ellos:

Las escuelas bolivarianas deben estar integradas a sus comunidades. La educación que allí se imparte, por lo menos es lo que debiera ser, tiene como base la historia de la comunidad y se realiza de acuerdo a lo particular que define cada comunidad. El estudiante de Misión Cultura efectúa sus proyectos desde y por la comunidad. Las carreras que se imparten en la Universidad Bolivariana de Venezuela se estrechan con las ópticas de las comunidades y las mismas participan activamente en ellas. Las diversas mesas técnicas, que se iniciaron con las mesas técnicas de agua, horizontalizan los saberes, donde el conocimiento técnico es de tanto aporte, cualitativa y cuantitativamente, como el conocimiento popular. Los Consejos Comunales, donde el vocero deja de ser representante, para convertirse en voz, y que puede ser revocado en cualquier momento por la Asamblea, y donde la Asamblea mantiene el control y el poder de la gestión del Consejo Comunal. Los Consejos Comunales y sus diversas comisiones, evalúan, planifican, priorizan, realizan proyectos, ejecutan, administran, controlan, supervisan, etc. siendo la verdadera base de lo que se ha llamado la construcción del Socialismo del Siglo XXI.

Se habla de Socialismo con el apellido del siglo XXI no casualmente, ni porque sea sólo una referencia temporal. Los llamados socialismos existentes tienen sus patas cojas en el culto a la personalidad, el control de las poblaciones por parte del partido y de las instancias burocráticas del Estado, y donde la discusión de las ideas tenía límites impuestos desde arriba. No se confió en la voz del pueblo como el alimento indispensable para la construcción de un socialismo con dimensión humana y justa, y donde las reivindicaciones populares vean luz durante tantos siglos negada.

Un documento de obligatoria lectura para entender el proceso bolivariano y su coyuntura, y más aún, para entender hacia adonde vamos y hacia adonde queremos ir, es el intitulado “Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. 2007-2013.”, ya que allí se definen las líneas generales del proceso de cambios iniciado en Venezuela y que se orientan hacia la construcción del denominado “Proyecto Nacional Simón Bolívar”

Como Primer Plan Socialista de la Nación, se plantean algunos ejes de significativa importancia para el desarrollo y construcción de una nueva patria:

- I. Nueva ética socialista.
Propone la refundación de la Nación venezolana, la cual hunde sus raíces en la fusión de los valores y principios mas avanzados de las corrientes humanistas del socialismo y de la herencia histórica del pensamiento de Simón Bolívar.

- II. La Suprema felicidad social.
A partir de la construcción de una estructura social incluyente, un nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno, se persigue que todos vivamos en similares condiciones, rumbo a lo que decía el Libertador: La Suprema Felicidad Social.

- III. Democracia protagónica revolucionaria.
Para esta nueva fase de la Revolución Bolivariana se consolidara la organización social, para transformar su debilidad individual en fuerza colectiva, reforzando la independencia, la libertad y el poder originario del individuo.

- IV. Modelo productivo socialista.
Con el fin de lograr trabajo con significado, se buscara la eliminación de su división social, de su estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada a la reproducción de capital.

- V. Nueva geopolítica nacional.
La modificación de la estructura socio-territorial de Venezuela persigue la articulación interna del modelo productivo, a través de un desarrollo territorial desconcentrado, definido por ejes integradores, regiones programa, un sistema de ciudades interconectadas y un ambiente sustentable.

- VI. Venezuela: potencia energética mundial.
El acervo energético del país posibilita una estrategia que combina el uso soberano del recurso con la integración regional y mundial. El petroleo continuará siendo decisivo para la captación de recursos del exterior, la generación de inversiones productivas internas, la satisfacción de las propias necesidades de energía y la consolidación del modelo productivo socialista.

- VII. Nueva geopolítica internacional.
La construcción de un mundo multipolar implica la creación de nuevos polos que representen el quiebre de la hegemonía unipolar, en la búsqueda de la justicia social, la solidaridad y las garantías de paz, bajo la profundización del dialogo fraterno entre los pueblos, su autodeterminación y el respeto de las libertades de pensamiento (Hugo Chávez Frías, Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista de la Nación, introducción).

Para profundizar un poco en las directrices mencionadas, citamos textualmente:

“La plena realización del socialismo del siglo XXI, que estamos inventando y que sólo será posible en el mediano tiempo histórico, pasa necesariamente por la refundación ética y moral de la Nación venezolana. Tal refundación supone un proyecto ético y moral que hunde sus raíces en la fusión de los valores y principios de lo más avanzado de las corrientes humanistas del socialismo y de la herencia histórica de Simón Bolívar. Su fin último es la suprema felicidad para cada ciudadano. La base de este objetivo fundamental descansará en los caminos de la justicia social, la equidad y la solidaridad entre los seres humanos y las instituciones de la República...”

Se trata de inventar, parafraseando a Simón Rodríguez, “o inventamos o erramos...”, y de una construcción que está por realizarse y que se hace sobre la marcha, con principios éticos y morales, parafraseando a Bolívar, “moral y luces son nuestras primeras necesidades”

Y el primer principio ético para la construcción de un socialismo basado en la inventiva, la originalidad y principios morales transparentes está en el oír al pueblo y en construir mecanismos cada vez más idóneos para que esto sea posible.

Dice el documento anteriormente citado:

“... Los ciudadanos personificarán y ejercerán siempre los mecanismos sustantivos del poder político, es decir, conservarán siempre su poder y su soberanía, la cual está siempre orientada hacia el bienestar de todos, con los principios de igualdad y libertad.
...Dado que la soberanía reside en el pueblo, éste puede por sí mismo dirigir al Estado, sin necesidad de delegar su soberanía, tal como en la práctica sucede con la democracia representativa o indirecta...

Para alcanzar mayor solidez de la democracia protagónica revolucionaria se hace necesario restituir a la política su carácter público, participativo, ético y solidario, cuyo principal sentido es la constitución de la ciudadanía, los espacios de civilidad, las instituciones y una cultura política democrática, basada en una elevada conciencia social ética y en una activa y consciente participación ciudadana. Se trata de rescatar la política como mediación para la vida humana vital, a través de su sentido de solidaridad y de la búsqueda del bien común...”

Por lo tanto es falsa la dicotomía entre democracia y socialismo del siglo XXI. Todo lo contrario lo que está en juego es precisamente ahondar en la democracia. Posibilitar que esa cultura política democrática invada absolutamente todos los espacios, desde las instituciones educativas, las instituciones del estado, los organismos de poder popular, etc.

Bajo estas premisas es que se enmarca el Encuentro del Poder Popular. No son una determinada cantidad de funcionarios que convocan a las fuerzas organizadas del poder popular para dictarles una charla o “enseñarles” como es que se hacen las cosas. Se les convoca para oírlos y que ellos mismos se oigan, evalúen su práctica y entre todos diseñen líneas programáticas. Es materializar en líneas estratégicas la voz del pueblo. El funcionario pasa a ser el facilitador orientador que más que hablar oye y registra lo que los asistentes expresan sin cortapisas y apoyándose en una metodología respetuosa recoger los acuerdos que nacen del poder popular. Es la forma de estimular y consolidar el poder popular, porque del mismo poder popular es que nacen las programaciones y evaluaciones y no de una línea externa a ellos ya se llame Estado o partido.

Es el mandato constitucional al que todos nos debemos, y lo más importante aun, es garantizar que la consigna “La voz del pueblo es la voz de Dios” no sea meramente discursiva y si sea el aliento que a la postre de frutos en la construcción del Socialismo del Siglo XXI al cual nos debemos.

Editorial Revista Cuadernos y Caminos




Revista Cuadernos y Caminos


Cuando se habla de ideología se trata de las distintas de formas de ver el mundo, los prismas que nos permiten interactuar con la realidad. Son el cúmulo de pensamientos, ideas, valores que adquirimos durante toda nuestra experiencia de vida. Recordábamos una escena de la novela brasilera Xica Da Silva. Está Xica conversando con una esclava y le cuenta que se entregó en la noche al comendador. Le decía que había sido distinto, que el comendador la había tratado como si fuera una persona. “Ay, no Chica” le contesta la esclava, “Ya te estás volviendo loca: ¿qué es eso de creerse persona, tu no sabes que los esclavos no somos personas?” Traigo a colación este episodio, porque demuestra como ciertos valores se nos meten en la piel de tal forma que difícilmente podemos ver cualquier suceso de la realidad sin que estén permeados por los mismos.

Cuando hablamos de formación ideológica como elemento indispensable para el éxito de un proceso de cambios a nivel social que está en camino, nos olvidamos a veces que esos valores ideológicos que traemos desde nuestra formación, en la casa, la escuela, nuestro barrio, la iglesia, la televisión y un largo etcétera, son como un cemento que pega cada una de nuestras neuronas. La esclava que le habla a Xica está convencida que no es una persona, que los esclavos no son personas, y por supuesto esa forma de pensar la tiene no por mala voluntad ni por ignorancia, sino por un proceso largo de formación que desde que nace se le incrusta en su intelectualidad y más aún, en su sensibilidad. Gracias a esos cementos ideológicos es que se pueden sostener sistemas que vertebralmente son injustos e inhumanos.

¿Cambiar? Suena fácil. Mas no hay reto mayor que el cambio y a la vez cómo emprender la búsqueda de nuevos horizontes con valores e ideas que nos mantienen en el pasado. Evidentemente que no es sólo un problema teórico y si implica una práctica, pero cada vez más una práctica que nos señale el rumbo de lo que anhelamos como objetivo. Es construyendo nuevas formas de relacionarnos, entre nosotros y con la naturaleza, que también adquiriremos y elaboraremos nuevas teorías y nuevos valores.

¿Cómo contribuir en ese proceso de formación? Creo que debemos en primer lugar de alejarnos de los “ladrillos”. Esos textos que de los pies a la cabeza son “marxistasleninistasrevolucionarioscombatientesdelopequeñoburguésetcetcetc”, que además de ser fastidiosos, espantan a la gente y no lo logran sino “convencer a los convencidos” como diría Eduardo Galeano. No, creo que ya tenemos bastante agua bajo el río en ese sentido y está demostrado más que suficiente que por allí no va la cosa. Pienso, debemos tener como imagen a seguir la visión de hombre utópica que queremos realizar. ¿Cuál es el Hombre Nuevo que queremos? Ha de ser, en nuestro humilde modo de ver las cosas, formado e informado, debe poseer conocimientos no por ser una parte de la población privilegiada y debe tener una práctica social que exprese su vida tanto política como espiritualmente, debe ser más que un especialista una persona que vea integralmente la realidad con visiones globales más que parceladas, debe ver que la política está en la ecología, y la ecología en la poesía, y la poesía en la educación, y la educación en la sensibilidad, y la sensibilidad en la política. Debe tener una visión de su localidad y también una visión de su casa el mundo. La solidaridad, los sueños, el servicio, el sentido de pertenencia a una comunidad, son valores que hay que rescatar de un olvido bastante lejano. Ser robinsonianos, es decir hacer de la inventiva nuestra principal herramienta, a riesgo que los falsificadores del discurso nos etiqueten de “pequeñoburgueses” o “reaccionarios”

Por esos caminos nos anotamos en “Cuadernos y caminos”. Y este cuaderno viene con lápiz, sacapunta, y sobre todo con borrador, porque si queremos escribir la historia también debemos de tener siempre cerca un borrador para hacer las correcciones necesarias.

Editorial Agenda 2010


Son caminos, son puentes, plazas y balcones.
Son encuentros, sueños, luchas, trabajo individual y colectivo.
Son pensamientos, canciones, poemas, muros pintados, belleza.
Es caminar, es reunirse, es planificar, es evaluar, es reflexionar, es ponerle a las bocas una lágrima y a las miradas una voz.
Son árboles, pájaros, nidos, cocuyos, aire limpio, ríos, quebradas, mares, gotas de agua. Es entender que los ríos de sangre que circulan en nuestro interior desembocan en el océano, cuando no se evaporan para ser cielo. Es entender que los trinos, gritos, rugidos, relinches son también nuestro lenguaje y son células de las que estamos formados.
¿Qué hacer para sumarnos y multiplicarnos, cuando en la acera del frente está el desencuentro y el desamor? ¿Qué hacer para que tanta buena voluntad no pierda en los minutos anteriores a la explosión de tanta bomba cotidiana? ¿que hacer para que no nos venza nuevamente la desesperanza? ¿qué hacer para no equivocarnos o para tener la certeza de que no estamos solos frente a un espejismo?
Es nuestra vida individual lo que está en juego. Es nuestra comunidad particular lo que está en juego. Es el único planeta en el cual nuestra especie tiene morada lo que está en juego.
La política, por lo menos la que a nosotros nos interesa, se puede reducir a algo muy sencillo: persigue el bien o no. Se pueden hacer muchas teorizaciones sobre la relatividad del bien, la conveniencia de unos y otros. Sin embargo, creemos que hay algunas cosas básicas, y debemos empezar por allí, a riesgo que mucha intelectualidad nos critique de simplistas.
¿Es bueno robar o no? ¿Es bueno querer ser millonario o no? Hace falta definitivamente sembrar el valor de que cada quien tenga lo que por su esfuerzo merezca, a riesgo que las loterias quiebren. ¿El querer ganar la lotería no es acaso una estafa que se hace cada uno a sí mismo, aunque el resultado es que lo estafen a uno.
¿Se piensan los proyectos porque se persiguen soluciones o por beneficios personales que se pueden obtener? Son así de básicas las cosas muchas veces.
¿Nos planteamos crecer económicamente, pero pensando en que grandes sectores excluidos históricamente accedan a servicios justos o crecemos para enrolarnos a un afán consumista de artículos innecesarios manteniendo ritmos de vida comprados en la televisión?
Creemos que se debiera, así como se colocan como logros el crecimiento en la producción y consumo de ciertos productos, de una revolución que está buscando su camino, también debieran colocarse como logros la disminución de otros. Fué patética la declaración de un ministro de finanzas, hace ya algún tiempo, que nombraba como logro de gestión el aumento del consumo de la cocacola. Creemos, para usarnos de este ejemplo, que sería un índice de aumento de la conciencia revolucionaria la disminución del consumo de este producto, así como de tantos otros.
No es malo hacer algunos ejercicios. Por ejemplo, colocarse en cualquier esquina, en cualquier ambiente, reunión, trabajo, sector educativo, comercio, etc, y preguntarse, viendo bien todos los detalles y rincones, si es que ha llegado la revolución, en qué ha llegado, cómo ha llegado, en qué se expresa. A veces es un ejercicio realmente optimista cuando observamos a gente del pueblo discutiendo, analizando, forjando futuro. A veces puede llegar a ser deprimente.
Otro ejercicio. Vaya a cualquier botadero de basura de esos que se acumulan anárquicamente en cualquier rincón de nuestras ciudades. Párese tres minutos a observarlo: analízelo, vea que cosas hay. Imagínese ahora que si cada una de las personas que botó esa basura hubiera tenido que guardarla en su casa, porque los rellenos sanitarios colapsaron, porque los servicios de recolección colapsaron, porque la naturaleza colapsó y no es capaz de absorver una basura más. Imagínese a cualquier Pedro, Juana o Pepe acumulando en su dormitorio cantidad de botellas desechables de cerveza, botellas de plástico de refresco o bolsas de chuchería hasta que el mismo colapse y no tenga espacio donde dormir. Seguramente antes de que esto pase dejará de consumir para abocarse a lo estrictamente necesario y que produzca la menor cantidad de desechos.
Este modo de vida debe de cambiar y en muchas cosas debe ser un retornar a tiempos pasados, a modos de vida más simples, y la revolución de lo pequeño debe dar luces frente a megaproyectos que a veces siguen reproduciendo más de lo viejo. Volver a pasados pero romper esquemas mentales pasados. El capitalismo nos ha convertido en consumidores y productores de basura. Y de la basura que más se produce es la del tipo mental.
Las soluciones no son individuales, pero la toma de partido si es una opción personal y depende de lo que hagamos por la Conciencia. Así con mayúscula. La Conciencia con caminos, puentes, ríos, pájaros, miradas, voces, poesía, amor y voluntad. Es optar por la verdad y allá los que opten por el engaño, las triquiñuelas, las manipulaciones, el abuso y la falta de respeto a todo nivel.
Son tiempos en donde en todos los espacios debemos preguntarnos si el mandato constitucional de refundar la patria como una democracia participativa y protagónica se está realizando. La voz debe tenerla la gente simple y llana de nuestro querido y hermoso pueblo.

El arte de ponerse de acuerdo

¿Por qué Socialismo?

Entrevista Programa Asamblea Viva - Felipe García

En el programa Asamblea Viva, conducido por Miguel Castillo y producido por Isabel Baena e Idais Araica, me realizaron una entrevista de la cual pongo aquí algunos extractos.