Llegue a tu casa...

Ilustración: Izmir Caddesi

Llegué a tu casa, toqué la puerta. Esperé el tiempo prudencial y abriste. Nos vimos, sonreímos, nos dimos el beso de saludo, nos dijimos hola. Me hiciste pasar, me senté sin muchas formalidades. Me preguntaste que cómo estaba y estaba bien, y te lo dije y de verdad fui sincero. Conversamos sin necesidad de llenar silencios, y callamos cuando quisimos. No tuve ninguna presión de estar sentado o en los sillones o en el piso, ni de estar parado, ni de pasear de una pared a otra, ni de ir al balcón a descubrir miradas panorámicas. Y nos sentamos, y nos paramos, y caminamos, y desde el balcón vimos como a lo lejosalgunos niños correteaban, y como un atardecer puede poseer una luz parecida a un nacimineto que puede estar detrás del amanecer.

Compartimos cafés y abrazos. Hablamos de tí y hablamos de mí, pero no se porque nunca llegamos a hablar de nosotros. O no, mentira, si lo hicimos, pero sólo hasta un nosotros, no llegamos al siguiente. Será que llegué y luego sentí que se hizo tarde, sentí que debía irme de tu casa, y te dije chau ya es tarde me voy y nos abrazamos, y nos dijimos que nos queríamos mucho,y nos dimos las gracias por hablado tú de mi, yo de tí, y me llevé mi casa a cuestas a pasarla con mi soledad que quedaba en otra esquina, otra calle, otro barrio.


Llegaste a mi casa. Te asomaste por una ventana. Me llamaste y te ví, y nos vimos, y te aseguro que me contenté mucho. Pasaste y hablamos y me dijiste que te sentías muy mal y hablamos, y hablamos, y lloramos juntos, y nos abrazamos, y nos dijimos que nos queríamos mucho, y llegamos a reirnos, a bailar, y maldecimos y quisimos mucho a la vida. Desde el balcón de mi casa vimos a la gente pasar, y filosofamos sobre la existencia y creímos en la esperanza. Leímos un poema, y sentiste que se te hizo tarde y me dijiste te quiero mucho y eres un gran amigo y gracias por haberme ayudado, me dijiste que lo necesitabas, y que mala suerte que ya es tarde y te quiero mucho, y es bonita tu casa, y te fuiste con tu casaa cuestas, y tampoco se en qué esquina, en qué calle, en qué barrio, vive tu soledad.



Escrito en el año1982

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