Estaba pintando un mural en la Plaza Bolívar de Caracas. En pleno centro de la ciudad, en la famosa "esquina caliente", convivían la discusión política, los evangélicos, los vendedores ambulantes, los mendigos, los viejitos que van diariamente a pasear a la plaza, y miles de personas que por distintos motivos circulaban por esa centrica calle.
Era frecuente que se reunieran de vez en vez 20 y hasta 30 personas para verme pintar y expresar sus comentarios,rompiendo su rutina diaria.
Como suelo hacer, el mural combinaba la gráfica con textos poéticos. Coloqué uno, entre otros del poeta colombiano Jairo Aníbal Niño, que decía así:Usted
que es una persona adulta
-y por lo tanto-
sensata,madura, razonable,
con una gran experiencia
y que sabe muchas cosas.
¿Qué quiere ser cuando sea niño?
Se armaron discusiones, en las que traté de no meterme. Sobre todo los viejitos me reclamaban, !que que era eso de que uno iba a ser niño, uno va para viejo, y eso no tiene discusión". Unos en contra del escrito, otros a favor. Todos discutían apasionadamente.
Un viejito, recogelatas, y muy sucio por las inclemencias de vivir en la calle, que siempre se me acercaba a mirar el mural, pero nunca profería palabra alguna, me llamó aparte, y casi en secreto me dijo:
- Yo ya se que voy a ser cuando sea niño: Voy a ser como Simón Bolívar con su caballito de madera.
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