Estimado Presidente:
Me dirijo a Usted para plantearle mi forma de pensar sobre estos tiempos, mis deseos y anhelos, mis inquietudes y mis opiniones.
Señor Presidente, yo quiero que en mi país florezca la buena disposición y que tengamos el orgullo de pertenecer a un país bonito, donde los sueños puedan realizarse.
Quiero en mi país, un ejercito de jóvenes que se dediquen a alfabetizar a los que no saben leer. Y que lleven en sus manos y su corazón los lápices, los cuadernos, las flores y el amor que necesitamos.
Quiero que en mi país, los niños que no tienen más techo que el cielo estrellado, y más cobija que unos cuantos periódicos sucios y arrugados, encuentren respaldo y responsabilidad en una sociedad que los produjo y debe responder por ellos. Que dejen de ser niños de la calle, y pasen a ser partes de una juventud soñadora constructora de un país.
Quiero que en mi país, los enfermos mentales, sean respetados como seres humanos, que tengan el tratamiento médico adecuado además del cariño y consideración que se merecen después de tantos años de ser considerados desechos humanos. Que puedan trabajar, ser productivos, insertarse en una sociedad que los excluyó, pero más que eso quiero una sociedad bonita que no los excluya.
Quiero que las cárceles de mi país sean ejemplo de trabajo, sean espacios de rehabilitación real y no depósitos de venganza humana donde más que corregirse aumenta la crueldad y la miseria humana. Que en las cárceles se coloque gente que se olvide aquello de "que deben podrirse", y más bien logren espacios de trabajo, reflexión y sobre todo de oportunidades. Que se puedan inscribir proyectos de diversa índole que permitan su anhelada y tan nombrada reinserción social. Pienso inclusive que una buena idea sería construir una cárcel pequeña que sirva de demostración de que si es posible hacer las cosas de modo distinto. Esta cárcel que no albergaría a más de 100 presos contaría con toda la batería de recursos humanos posibles. Se podría aprender desde yoga hasta formación política, se podría desde alfabetizar hasta aprender los diferentes oficios y profesiones. Darles la oportunidad de tener una formación integral que incluya lo académico, lo político, lo espiritual, lo físico, lo psicológico, etc. Al demostrar que con 100 presos se puede lograr luchar contra el prejuicio de que son insalvables, podemos dirigirnos a cumplir la meta de que una reforma penitenciaria en el país es posible, y poner como modelo a Venezuela de que si es factible cambiar y lograr los objetivos que se planteen.
Quisiera que veamos los problemas más que como problemas como oportunidades. Si vemos, por ejemplo una comunidad, como la de Plan de Manzano o La Silsa, aquí en Caracas: nos vamos a encontrar con infinidad de problemas producidos por una situación de pobreza sistemática, larga y profunda. Si nos insertamos en ella tendremos la oportunidad de darle respuesta a cada uno de esos problemas. Mirándolo así, los problemas dejan de ser problemas y más bien la oportunidad de resolverlos. La pobreza, y lo digo con todo el respeto y amor que puedo tenerle a los pobres, genera infinidad de problemas tanto psicológicos como sociales. Yo a veces no entiendo, Señor Presidente, como critican el que su gobierno esté produciendo pobreza, cuestión que no creo, de parte de aquellos que fueron responsables de sembrarla. Si yo siembro papas, cosecho papas, o a lo más, gamelote, pero difícilmente puedo cosechar zanahorias. En Venezuela se sembró violencia hasta que se convirtió en un problema estructural. Hoy Señor Presidente tenemos la oportunidad de tomar el hilo de la madeja y empezar a desenredar el nudo. Tenemos que entrar en los barrios con todo el material humano disponible para cambiar un estado de cosas. Que los estudiantes de medicina, arquitectura, ingeniería, educación, psicología, sociología, etc., se incorporen con proyectos factibles además de hermosos para producir efectos benéficos para el grueso de la población venezolana que tanto lo necesita. Que promovamos la organización social en cada uno de los barrios, que apoyemos a cada uno de los grupos culturales y deportivos que allí existen, que para ser justos son bastantes y han hecho su labor cultural casi siempre sin el apoyo gubernamental cuando no hasta con su oposición. La unidad de Venezuela debe partir de las comunidades y para que un gobierno sea parte de la solución y no del problema debe cosustanciarse con las comunidades. La verdadera democracia participativa es la que no sólo permite sino que promueve y estimula la organización popular para que en cada esquina y en cada barrio, en cada comunidad campesina se genere la discusión necesaria para que le devolvamos a los ciudadanos la posibilidad de ser constructores de su destino. Esto implica que los funcionarios del gobierno, ya sean ministeriales o de las gobernaciones o alcaldías deben abandonar sus escritorios y encontrarse con su gente en sus respectivas comunidades. Un alcalde que representa a la revolución debe ser más que un alcalde que haga sus servicios adecuadamente. Un alcalde revolucionario además de prestar los servicios con mayor eficiencia que los alcaldes a los que estamos acostumbrados, debe promover la organización de los pobladores de su municipio. Por ejemplo prestar el servicio de que se encuentren los educadores del municipio. Que ellos mismos además de conocerse en sus necesidades comunes, se programen, discutan la mejoría de la educación y lo que deben hacer para lograrlo, construir entre todos métodos creativos para abordar la educación, discutir las formas en que deben aplicarse los proyectos nacionales, como por ejemplo la alfabetización, en el municipio, incorporarse inclusive a la tarea de gobernar más allá del ámbito educativo, etc. Promover el encuentro de todos los artesanos y microempresarios del municipio, que seguramente no están organizados. Una planificación común de este sector, hecha por ellos mismos en donde la alcaldía se limitaría a prestar el servicio de encontrarlos es darle un carisma práctico a lo que es la democracia participativa. Sería además la posibilidad de otorgar créditos a experiencias que no dudo de su interés y calidad, dando empuje a salidas económicas que bien sé que su gobierno tiene todo el interés de impulsar. La organización de ferias, el conseguir mercados nuevos gracias al apoyo mutuo entre los microempresarios, e inclusive las posibilidades de exportación son posibles si este sector en cada municipio comparte entre si de manera organizada. Si la alcaldía es un ente que vaya más allá del servicio público, que por supuesto debe hacerlo bien, y sea un enlace entre el gobierno central, los diversos ministerios, y las comunidades para lograr lo que todos deseamos, a saber, la eliminación de la pobreza y la construcción de los sueños posibles.
Señor Presidente, cuando tuve a mi primer hijo, sentí lo que dice el poeta Andrés Eloy Blanco, y que usted ha citado en diferentes oportunidades: "Cuando se tiene un hijo se tiene a todos los hijos de la tierra". La prioridad en la infancia es y debe ser el norte de toda revolución. Quisiera ver en cada una de las comunidades centros de atención a la infancia donde se atienda a los niños médica, psicológica, culturalmente abriendo puertas para que se construya una nueva sensibilidad fecunda de oportunidades. La sensibilidad es el cemento de toda revolución y el llamado a todas las personas de buena voluntad para que se incorporen con sangre sudor y lágrimas a la misma. La sensibilidad de querer una patria nueva preñada de cambios, como usted bien lo ha demostrado, es y debe ser la herramienta más eficaz para que nos encontremos en el trabajo cotidiano. "El que vive éticamente se tiene a sí mismo como tarea", decía el filósofo Soren Kierkegaard. Y eso es lo que somos y lo que debemos ser, ya como individuos, ya como sociedad, ya como revolución: Una tarea que debemos de cumplir.
Señor Presidente, quiero para mi país la discusión y el ejercicio libre de las ideas. "La imaginación al poder", decía una pinta del Mayo Francés. De eso se trata, de que la discusión de las ideas sea fecunda, productiva, imaginativa, inteligente. Pienso que en primer lugar la discusión debe llevarse, como ya lo he dicho, a las comunidades en donde los desposeídos obtengan su voz. Lamentablemente la discusión más sonora que se ve en el país, es la de los medios de comunicación y la planteada con los partidos políticos de oposición.
La situación de los medios de comunicación en Venezuela es realmente lamentable. Han jugado permanentemente al fracaso de las políticas del gobierno. Más que tener una práctica de denuncia lo que han tenido es el deseo de que las cosas salgan mal para aprovecharla en una campaña que a todas luces es propagandística e interesada. Me llama la atención, por ejemplo, como ya hace varios meses dejaron la campaña sobre la inseguridad que en algún momento ocupó bastante tiempo y tiraje dentro de los medios. Ahora casi no hablan de ello. Claro es que se debe a que las cifras de fallecidos de forma violenta los fines de semana se ha reducido, y serían incapaces de reconocer que una política emanada del gobierno fue eficiente. A Usted señor presidente le han dicho de todo, y no sé con que moral critican su discurso como agresivo. Siento que a veces, lo agreden, usted responde, y luego lo critican por ser agresivo. Así pasó con el Cardenal Velasco, con el Nuncio Apostólico, con animadores como Napoleón Bravo, que hizo la payasada de denominarse perseguido político, con personajes de la sociedad civil como Elías Santana, que lo agrede, y después quiere derecho a replica de la respuesta que usted le da. En tal caso el derecho a réplica fue la respuesta suya. Hay personajes tanto del mundo político como de los medios de comunicación que se olvidaron de que el mundo es bastante más ancho que las críticas que le puedan hacer a usted. No hacen sino criticarlo, absolutamente de lo único que hablan es de Chávez. No existe en el Mundo ni en Venezuela otra cosa digna de hablar sino de Chávez. Las críticas rayan en lo absurdo, desde su verruga y su "Pelo malo" (Se lo oí una vez a Marianela Salazar en su programa radial) hasta todas las ficciones de sus supuestas alianzas con todas las ramas de terrorismos, guerrillas, narcotraficantes, mafiosos, etc., que posteriormente olvidan porque nunca llegan a conclusiones veraces. (¿Qué quedo de todas las denuncias sobre la inventada protección que se le brindó a Montesinos?). Ese martilleo monotemático sobre Chavez, pienso que alcanza los límites del absurdo en la Asamblea Nacional cada vez que toma la palabra la banca opositora. Hace poco oí la transmisión que se hizo de la discusión sobre el papel de los medios de Comunicación que se hizo en la Asamblea Nacional, en donde absolutamente todos los diputados de la oposición dedicaron su discurso para hablar mal del presidente de la República, y para proponer que se le exija que modere su vocabulario con respecto a los medios de comunicación social. Yo me pregunto, ¿será que nosotros les pagamos a estos especialistas más de tres millones de bolívares mensuales para que su análisis sobre un tema tan importante como el que estaba sobre el tapete no se les ocurra decir más nada que eso? ¿Después de que una propuesta ya se ha hecho es necesario repetirla, o no basta esperar a que termine la sesión y nos expresemos mediante el voto? Tenemos definitivamente una oposición que no sabe ni siquiera las reglas mínimas del cómo se discute en una asamblea.
Hace falta, Señor Presidente, y Usted lo ha dicho en diversas oportunidades, la madurez de una oposición que se respete como tal. Para empezar pienso, que por ejemplo Acción Democrática, debe seguir el ejemplo del Papa, cuando pidió perdón por los excesos cometidos por la Iglesia en los tiempos de La Inquisición. Creo que Acción Democrática no será absolutamente digno de ser oído si no pide perdón por los excesos cometidos en los años que ejercieron el gobierno. Representar a un partido responsable de gobiernos que ejercieron la represión, la matanza, la tortura, el robo, etc. Es tener parte de esa responsabilidad, se trata de un problema ético. Antes de hablar y juzgar las conductas de otros debieran pedir perdón tal cual lo hizo el Papa.
Señor Presidente, quiero que mi país sea productivo. No es solamente un problema económico. Siempre se analiza el problema de la producción desde su perspectiva económica, pero rara vez se le enfoca desde la perspectiva humana. Señor Presidente, somos lo que hacemos, y si no producimos, somos improductivos. Parece simple, pero es así. Levantarnos como país implica que nos consideremos a nosotros mismo con valía, sin que esto sea vanidad. La vanidad después de todo implica una desvalorización. ("Dime de que pregonas y te diré de lo que careces" dice el refrán popular.)Tengo el placer de conocer Venezuela a todo lo ancho de su territorio, y da dolor pasar por kilómetros y kilómetros de carretera y ver terrenos inmensos cercados de alambre de púas sin ninguna producción en los mismos. Cómo es posible que un país tan favorecido por la naturaleza no pueda producir por lo menos para autoabastecernos en alimentación, y no la situación que tenemos de deber importar hasta el 80% de los alimentos. Un país como Japón, que tiene una extensión territorial similar a uno solo de los estados de Venezuela, y tiene una población calculada en 120 millones de habitantes, es sin embargo un país que se autoabastece en alimentos. De allí la importancia de la ley de Tierras, y de allí también la oposición que ha generado.
Pero cómo podemos producir cuando tenemos un sector empresarial acostumbrado precisamente a no producir, a obtener créditos del Estado que nunca pagaba, a financiar campañas electorales y luego pasar facturas con creces, acostumbrados a jugar con el dinero de los demás y si el juego no les salía todo lo bien que esperaban, no importaba porque el Estado respondía por ellos. Los empresarios lo menos que hacían era Empresa. Buena parte de la oposición que se le hace a su gobierno es síntoma de que las cosas se están encaminando. Por supuesto, se hace oposición porque se están tocando intereses. Pero, si no se tocan intereses, como podemos producir. Si dejamos esa infinidad de kilómetros cuadrados improductivos, dónde podemos producir. Y si no producimos, vuelvo y repito, somos improductivos. Somos lo que hacemos, y más bien como diría Eduardo Galeano: "Somos lo que hacemos, y sobre todo, lo que hacemos para cambiar lo que somos"
Y una de las trabas más eficaces para ser improductivos es la corrupción. Para empezar que sentido tiene que invierta en sembrar 10 hectáreas de tomates, cuando por la vía de la corrupción gano mucho más. La corrupción ha sido fuente de muchas riquezas y no dudo de muchos capitales que desde que asumió el gobierno han salido a bancos extranjeros. Y la corrupción adquirió en Venezuela un carácter que tal vez no lo haya tenido ningún país en América Latina. Concejales, Ministros, funcionarios del Seniat y Aduanas, fiscales de tránsito, cabos que se hacían millonarias en un puesto de frontera o y que cuidando una cárcel, políticos, jueces, presidentes, banqueros, desde altos funcionarios hasta porteros, todo un desfile de corrupción que se metió en las entrañas de Venezuela. Oía una vez a Saez Mérida decir de Rómulo Betancourt que lo que lo condenaba más no era si había o no robado, sino que democratizó la corrupción. En palabras coloquiales, la diferencia de los adecos y copeyanos, es que los primeros además de robar, dejan robar.
La quiebra moral y ética que ha tenido Venezuela a lo largo de todos estos años es quizá el daño mayor que hemos podido sufrir. La famosa comisión contra el enriquecimiento ilícito de hace algunos años se comió el presupuesto y no condenó a nadie. Si la memoria no me falla los únicos condenados por corrupción en los 40 años de Democracia fueron el "chino" de Recadi, César Pinto, que le dieron 2 años luego de robarse cuantiosos millones y el domicilio por cárcel que le dieron a Carlos Andrés Pérez. Me complace haber oído de parte del Fiscal General de la República, que hay innumerables expedientes en proceso y que ya cerrados hay 81 casos de corrupción con condena. Para que existan unas nuevas reglas de juego sociales en Venezuela tenemos que acabar con la impunidad. Tiene que haber castigo contra quienes han hecho de la corrupción su quehacer diario. Contra los que robaron en los gobiernos anteriores, como contra los que en su gobierno se han colado para repetir más de lo mismo. Los aparatos policiales deben ejercer la investigación sin descanso, y digo yo, aplicando lo que en lenguaje popular, es la "concha de mango". Que se intente sobornar a jueces, y el que caiga que pague las consecuencias. Ponga a funcionarios del Estado a realizar importaciones ficticias con el propósito de sobornar a los funcionarios de las aduanas. El que caiga que pague las consecuencias. Que se logre el objetivo de que un funcionario no sepa si está frente a un infiltrado o no. Meta gente en las cárceles, como presos, y que le presenten un informe sobre cada una de las irregularidades con nombres y apellidos.
La impunidad, la quiebra moral, la complicidad, han sido constantes durante años, que pienso que estábamos frente a una sociedad que premiaba lo mediocre y los valores como la honestidad, la inteligencia, la disciplina de trabajo, etc. Eran permanentemente castigados. En cualquier institución del Estado si no eras cómplice no sobrevivías a ella. Pienso que mucho de esto se ha acabado, o por lo menos se abre el camino para tener nuevos paradigmas sociales. No dudo, por ejemplo, que el Narcotráfico ha comprado a jueces, funcionarios, políticos durante años en este país. Cuando veo frecuentemente los golpes que se le están dando, no dudo tampoco, sin tener ninguna prueba ya que soy un ciudadano común, de que el narcotráfico esté financiando cuando no participando activamente en ponerle todas las trancas posibles a su gobierno por no decir que esté conspirando. Por supuesto, que ningún narcotraficante va a ir a una emisora de televisión abiertamente a decir que es narcotraficante y que no está de acuerdo con su gobierno.
Creo inclusive que algunos puntos emblemáticos no deben dejarse pasar. Es imprescindible que masacres como las del 27 de Febrero, Yumare, Cantaura, El Amparo, no queden impunes. Los desfalcos que hicieron los bancos tanto en el gobierno de Carlos Andrés Pérez como en el de Caldera deben tener responsables. Recuerdo que en Diciembre de 1998 salió un artículo de José Vicente Rangel, denunciando que hubo el intento de un golpe de Estado para no dejar que Usted asuma el poder. Que la táctica iba a ser retrasar los resultados electorales para que el pueblo salga a protestar y en ese momento sacarían los tanques para reprimir. Esto estaría encabezado por el General Rojas, yerno de Caldera. También recuerdo claramente, que Salas Rommer fue el que declaró ante los medios de comunicación que los resultados electorales saldrían al día siguiente. Creo que es emblemático aclarar todo esto. Y así pudiera poner muchos ejemplos.
Creo, como usted muchas veces lo ha dicho, que esta no es una revolución personalista, que usted es solamente una brizna frente al huracán que es la revolución. Pero también creo que los líderes son ejemplos, modelos, que pautan conductas a seguir. De allí su responsabilidad. En esta crisis ética en la sociedad venezolana, teníamos como modelos presidentes borrachos, comelones o ladrones. Qué se puede esperar de todos los que están por debajo en la jerarquía. Yo me pregunto, de que viven, como mantienen ese ritmo de gastos en el exterior los expresidentes Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi. Recuerdo que cuando terminó su gobierno Jaime Lusinchi se fue a descansar a una clínica de reposo en Miami que le costaban 1000 dólares diarios. Ejemplos como el del licor es lamentable cuando vemos como el pueblo pierde semana a semana sus energías vitales en el consumo masivo de alcohol. Con usted y con su esposa Marísabel de Chávez tenemos un ejemplo a la altura de lo que pienso deben ser los líderes. No hay apego al dinero, se predica una moral de cambio, sabemos de sus incansables fuerzas para el trabajo, y además da un ejemplo de deporte y salud física.
Así mismo Marisabel de Chávez es un ejemplo de inteligencia y trabajo como no se ha visto en una primera dama.
Esta Revolución, Señor Presidente, debe radicalizarse. En el sentido que lo decía Carlos Marx (y con esto no tomo una posición marxista, sencillamente lo cito como autor): "Ser radical es atacar el problema por la raíz, y la raíz para el hombre es el hombre mismo".
No olvidar y estar vigilantes para que en todo momento el acento esté en el hombre y sobre todo en los que permanentemente han sido los olvidados de la tierra. El plan Bolívar, la construcción de casas, la política que se ha tenido con los damnificados, la construcción de Escuelas Bolivarianas y la profundización en el mejoramiento de la Educación, el acento en la producción nacional, la atención de los niños de la calle, la prioridad hacia las necesidades de los ancianos, la campaña de alfabetización, la consolidación de los barrios con el derecho a la propiedad que tienen sus habitantes, la reubicación de todos los habitantes que viven en las quebradas y zonas de riesgo, la organización popular para permitir de verdad verdad la democracia participativa que deseamos, son proyectos que no deben descuidarse y ser prioridad nacional.
Señor Presidente, estoy con esta Revolución y si hago estas reflexiones es porque frente a los ataques desmedidos que diariamente vemos, me colocó en su defensa, porque quiero a mi país y he sido durante mucho tiempo, lo que decía el poeta salvadoreño, de que "todo patriota debe odiar a su país de una manera creadora". He odiado la podredumbre de la que hemos sido testigos. No dudo, de que exista mucha gente interesada en conspirar por que han sido los que protagonizaron los tiempos anteriores. Tampoco dudo de que entre mucha gente que lo adversa hay gente capaz, sensible y honesta. A ellos debemos dirigir nuestro mensaje, y debe ser un mensaje fecundo de hechos concretos y presentado de una manera fresca y hermosa.
Señor Presidente, la historia de América Latina durante todo el siglo pasado ha estado signada por la imposibilidad de que gobiernos nacionalistas, socialistas, medianamente progresistas, o que simplemente tengan una posición que no convenga a los intereses mundiales del momento. A excepción de Cuba todos estos intentos no han podido tener final feliz, ya sea por intervenciones directas de potencias extranjeras, o por complots internos. En esta Venezuela actual está planteada una revolución pacífica, que reclamo el derecho a que podamos ser dueños de nuestro destino. Sabemos que el camino no sería fácil. Sabemos que hace falta mucha inteligencia y mucha voluntad de trabajo colectiva. Estamos viendo intentos de conspiración, campañas mediáticas agresivas, constantes y millonarias. Sin embargo, creo que más allá de todos estos intentos la gran mayoría de los que estamos con el cambio y con el derecho a soñar, no nos hemos influenciado por todo este bombardeo ideológico al que está sometido la sociedad venezolana. Claro, si la oposición sigue asesorándose para conspirar con los que tienen 40 años tratando de tumbar al gobierno de Cuba y no lo han logrado, puede estar tranquilo que serán tan ineficientes aquí en Venezuela.
De todas formas, como decía César Vallejo a propósito de la Guerra Civil Española, "España, cuídate de tu propia España". Hace falta que no descuidemos en ningún momento la situación política que estamos viviendo y que nunca olvidemos que la tarea que se le ha encomendado históricamente al pueblo de Venezuela es ardua, difícil, y necesita de inteligencia, creatividad, honestidad y mucho coraje. Estamos viendo en estos tiempos, tiempos incansables de conspiración. Se suman a los partidos políticos que siempre gozaron de prebendas y que el pueblo venezolano conoce bien, los medios de comunicación que han sido poco respetuosos de su propio profesionalismo, mintiendo descaradamente, obviando verdades con alevosía y que desde antes de que Usted asumiera la presidencia han sido directores de una campaña sucia sin cuartel, organismos internacionales que jamás opinaron cuando aquí se hicieron todas las atrocidades que se pudieron hacer, prensa internacional que pienso que simplemente repite lo que la prensa nacional les da, funcionarios del gobierno de Estados Unidos que están acostumbrados a ver al mundo como una aldea además de propia, industriales y empresarios que fueron uña y carne con los políticos de turno y que hoy resienten de sus privilegios regalados además de no soportar que se tenga una política social que atienda a los más necesitados, algunos militares que parecen recién salidos de la "Escuela de las Américas", con el discurso "anticomunista" de siempre y que uno le ve en las miradas ese fuego pinochetista que les aflora en cada una de las cosas que dicen. Se está queriendo aislar este proceso tanto nacional como internacionalmente, por eso ahora más que nunca hay que apoyarlo porque tenemos derecho y autonomía para cimentar nuestro futuro. Cierro filas con usted, señor Presidente, y llamo a todos los hombres que sueñan con un mundo más hermoso, con un amanecer que nos merecemos, a cerrar filas con esta Revolución Bolivariana, para que un día orgullosos de nosotros mismos dejemos en herencia a las generaciones futuras un cielo azul más limpio, una libertad posible, una justicia y una paz verdaderas. Como diría el poeta Español León Felipe: "Un día, cuando el hombre sea libre. la política será una canción".
Queda de Usted
Felipe García
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1 comentario:
Y esa carta le llego el Sr. Chavez?
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